Durante uno de sus recorridos de campaña -el uno de abril de 2021-, Samuel García Sepúlveda fue tajante al asegurar que, al llegar a la gubernatura de Nuevo León ya no compartiría el agua de la presa El Cuchillo con Tamaulipas.
“Ni una gota”, aseguró, y para ello buscaría cancelar el convenio del trasvase de agua de esa presa, localiza en China, Nuevo León, a la Marte R. Gómez, ubicada en Camargo, Tamaulipas, el que existe desde 1996.
Luego de ganar las elecciones, el tres de octubre de 2021, tras rendir protesta como mandatario, lo primero que señaló fue: aquí en el país, peleados, divididos, la cuestión ríspida y el estado no es la excepción. Para después hacer un llamado a la unidad.
Esto hizo pensar que el jovencito había puesto los pies sobre la tierra y que antes de hablar, ya conectaría la lengua con el cerebro, pero no, siguió con su misma postura de no entregar agua a Tamaulipas.
Nuevo León, sobre todo su zona metropolitana iniciaba apenas con un severo problema por la falta de agua potable, y así, el 16 de febrero de 2022, en su desesperación, a Samuel se le ocurrió revivir el proyecto Monterrey VI.
En breves palabras, ese proyecto -desechado cinco años antes-, consistía en importar agua del Río Pánuco hacía Nuevo León, y para ello pidió el respaldo del presidente Manuel López Obrador y, obviamente, del gobierno de Tamaulipas.
Pero el cinco de marzo, a solicitud del Senador con licencia y precandidato a la gubernatura, Américo Villarreal Anaya, se daba marcha atrás a la propuesta de Samuel, la que era respaldada por el mandatario del país.
Reciente el gobernador de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo Cardona, como parte de la región del Pánuco, dijo que no le dará “una sola gota de agua” a Nuevo León, y de ser necesario, se encadenaría a la maquinaria para que nadie toque el vital líquido de su entidad.
Así las cosas. Tal vez esto se trate de política…puede ser.
Sin embargo, hay quienes piensan que lo que le sucede a Samuelito, son los efectos de la Ley del Karma, mientras que otros, debido a su larga lengua, pues no piensa antes de hablar.